Mirada interior
Me sentía vacía, descalza, sin nada que me pudiera animar, solo buscaba una señal que por lo menos me diera motivos de seguir viviendo.
Pensé que lo había perdido todo, así que me puse a correr y a correr sin rumbo alguno, no podía dejar de pensar en todo lo ocurrido, buscaba una solución pero era inútil, lo que hice era imperdonable. Pasaban las horas y sin más motivos de esperanza dí un fin a todo, no quería continuar con esto, pensé: ¿Para qué seguir sufriendo?; de repente me deslumbró una luz, no sabía qué era ni dónde estaba; solamente seguí recto, sin mirar al suelo ni a los lados, me hipnotizaba; cuando entonces, mis pies tocaron agua, bajé la mirada, y sin saberlo, sonreí, la volví a alzar y mi alma se volvió libre.
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