sábado, 7 de marzo de 2015

Monólogo de una lazarilla en el siglo XXI

-¡Estoy harta! ¡Estoy harta de mi vida!
Esto de la enfermedad me mata...Supongo que os estaréis preguntando qué enfermedad tengo, ¿no? Bien, pues tengo el síndrome de Tourette. Sí, se qué no sabéis que es, pero os lo explicaré. La enfermedad es un trastorno neuropsquiátrico que consiste en tener tics y/o realizar movimientos involuntarios y por mala suerte, nací con ella. Bueno pero eso no es todo... En primaria tenía muchos amigos pero al cabo del tiempo se fueron enterando de mi enfermedad y ya nadie se juntaba conmigo. Los únicos que han estado siempre apoyándome han sido mis padres. Pero hasta ese día. Buff, que día más horrible fue... El 2 de junio nació mi hermano Sergio. Como era normal, le tenían que cuidar pero a veces se olvidaban un poco de mi... Primero pensaba que solo sería al principio, pero cada vez que se hacía mayor menos caso me hacían. Y se que tendría que ser al revés, pero ellos piensan que no. Ahora os preguntaréis que porqué tanta atención necesito solo por unos simples tics, pero es que la enfermedad fue a más, a más y a más. Pero ahí no acabo la cosa, porque más tarde, me diagnosticaron que tenía el trastorno obsesivo-compulsivo por mi enfermedad de los tics. Y bueno ese trastorno es aquel que se caracteriza por pensamientos persistentes y recurrentes, que producen inquietud, preocupación, temor..., vamos que es un trastorno de ansiedad. En fin, sigamos con la historia... Pues que cuando mi hermano cumplió los 11 años se empezó a dar mucha más cuenta de que le hacían más caso a él que a mí por el simple hecho de ser más pequeño. Total, que un día que no paraba ni un minuto de lavarme las manos por mi segunda enfermedad; Sergio estuvo todo el día diciéndoselo a nuestros padres, y como no, ellos se reían y no hacían ni caso. Así que cuando ya llevaba como 5 o 6 lavados de manos, mi hermano me dijo que no hiciera caso a mis pensamientos obsesivos de como por ejemplo: no parar de lavarme las manos por higiene y muchas cosas más, tantas y tantas que la charla duró casi una media hora, Y bueno chicos, aunque la enfermedad o como en mi caso las 2 que tengo, sigan en mi vida; espero que mi historia os sirva para luchar contra todo aquello que se interponga en vuestras vidas.

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